martes, 7 de febrero de 2012

Valientes Militares Argentinos De La Epoca

Luciano Menéndez

exmilitar argentino que alcanzó la jerarquía de general de division,resultó destituido por los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura militar llamada proceso de reorganizacion nacional (1976-1983)

  

Partidario acérrimo de que la Argentina entrara en guerra contra Chile en el conflicto del beagle. Jefe del III Cuerpo del Ejército que sería la punta de lanza de la operacion soberania en 1978, se hizo famoso por una frase abiertamente provocativa:

Un estupido oficial del Ejército Argentino decia : "Comeremos sus gallinas y violaremos a sus mujeres "

«Si nos dejan atacar a los "chilotes", los corremos hasta la isla de pascua, el brindis de fin de año lo haremos en el palacio de la moneda y después iremos a mear el champagne en el pacifico
Luciano Benjamín Menéndez
 
Pero aca lo vemos cuchillo en mano atacando a los manifestantes 
(Asi de valiente tendria que haber sido para haber enfrentado a los Ingleses)




El Comando Alfredo Astiz responsable de los 15 buzos tácticos en Leith.
La imagen de Astiz firmando los papeles de rendicion,dio la vuelta al mundo.por su cobardia al no disparar un solo tiro junto a sus comandos al verse cara a cara con los  ingleses



En ausencia de patrullas argentinas, simplemente los ingleses caminaron hasta Grytviken y Leith. Al llegar a la primera, se encontraron banderas blancas colgando de los edificios. El capitán de corbeta Luis Lagos argentino, al cargo de las islas Georgias del Sur no opuso resistencia y se rindio




Insignias de Alfredo Astiz en el Museo Imperial de Guerra en Londres.




Conflicto Del Beagle 
( El Dia En Que Argentina Pretendio Invadir Chile)


Mientras la poblacion argentina enloquecida a mas no poder : 

•  Los envíos de tropas fueron acompañados de gran algarabía, gritos y coros
•  Cantantes populares concurrieron a los cuarteles para actuar y entretener a las tropas.
•  Se realizaron ejercicios de oscurecimiento, también en ciudades que difícilmente podían ser atacadas.
•  La sucesión de maniobras militares en 1978 fueron difundidas y comentadas ampliamente por la prensa
.
Todo lo contrario a lo que hacia Chile en esos momentos,transportes de tropas en marcha al sur sin algarabias,ni gritos y menos coros.Todo se hacia con mucho silencio,la prensa chilena ayudo mucho en ese sentido


Beagle Channel controversy that has brought the military regimes of Argentina and Chile to the brink of war is an expression of the turbulent revisionism underway in Argentina in reaction to frustrations in national life. Argentine policy is made by military men whose nationalist values are mixed with personal ambitions, phobias against politicians, "progressive" ...
(Traducción): La controversia sobre el Canal Beagle que ha llevado a los regímenes militares de Argentina y Chile al borde de la guerra es una expresión del turbulento revisionismo operante en Argentina en reacción a las frustraciones en la vida nacional. La política argentina esta conducida por militares cuyos valores nacionalistas están mezclados con ambiciones personales, miedos a los políticos, progresistas...).



Argentina nunca penso hasta donde podia llegar la escala de este conflicto :

La peligrosidad de un conflicto armado llamó la atención de las potencias mundiales dado que:
•    Brasil podría verse involucrado en acciones favorables a Chile, debido a rivalidades sobre el predominio regional con la Argentina.
•    Si el Perú rompía el tratado fronterizo de 1929 y atacaba a Chile, Ecuador, debido a su insatisfacción por el tratado fronterizo de 1942 que dejó en poder del Perú áreas del Amazonas que Ecuador consideraba suyas, podría aprovechar la situación para intentar recuperarlas.


Argentuza En Busca De Aliados :

Se sabe además que funcionarios de la embajada de Argentina en Lima hablaron con el Canciller peruano José de la Puente Radbill para conseguir que ese país firmara un acuerdo secreto con Argentina en contra de Chile. De La Puente, lejos de aceptar, les recordó el hecho de que un siglo antes, Argentina había desechado suscribir el Tratado Secreto de 1873 y que mientras Perú y Bolivia luchaban contra Chile en la Guerra del Pacífico, Argentina llegó a un entendimiento con Chile respecto a la Patagonia. Más tarde De La Puente pondría en conocimiento del Canciller chileno Hernán Cubillos de lo ocurrido, asegurándole que Perú no intervendría si se producía la guerra entre Chile y Argentina

En lo que respecta a Bolivia, los militares argentinos, también consideraron la posibilidad de que ese país se sumara a la ofensiva Argentina, teniendo en cuenta su permanente reivindicación de obtener una salida a ese mar metafísico del que hablaba el almirante Emilio Massera de la Armada argentina.


La prepotencia Argentina De Siempre

El 19 de febrero de 1982, seis semanas antes del comienzo de la guerra por las islas Malvinas, el remolcador argentino ARA Gurruchaga ancló sin permiso de las autoridades chilenas durante tres días frente a la isla Deceit, ubicada fuera de la zona de litigio definida por el Compromiso de Arbitraje de 1971, en una zona que el gobierno argentino había comenzado a reclamar como propia desde que había declarado nulo el Laudo Arbitral, rompiendo las promesas hechas al Vaticano en el "Acta de Montevideo" de abstenerse de tomar medidas que turbasen la armonía entre las dos naciones y a pesar de las protestas del gobierno chileno La tensión en la frontera permanecía.




Karl Hernekamp , “Der argentinisch-chilenisch Grenzstreit am Beagle-Kanal
“Umgekehrt hätte für Chile positiv zu Buche geschlagen die von militärischen Fachleuten als allgemein höher bewertete Kampfkraft der chilenischen Streitkräfte.”
(traducción):
“Por otro lado contaba a favor de Chile, según consideran en general los expertos militares, la mayor capacidad de combate de sus fuerzas armadas.”)
•   La profesionalidad de las fuerzas armadas chilenas impresionó positivamente a los observadores extranjeros. El 5 de noviembre de 1900, es decir 78 años antes, en una situación muy semejante, Julio de Arellano, ministro plenipotenciario de España en Buenos Aires informaba a su gobierno sobre el peligro de una guerra entre Chile y Argentina. Sobre las capacides decía:
La Républica Argentina es, sin duda, el estado más pobre de Sud América, su marina es más pobre en número y en calidad de buques que la de Chile, posee elementos de guerra para armar un ejército de 300.000 hombres y en sus arsenales y depósitos militares, se ha gastado y se gasta sin reparar en cifras con tal de que se hallen provistos de armamento de último modelo; pero en este país se carece de homogeneidad de población que caracteriza a Chile ... donde es unánime la exaltación patriótica y donde ha podido formarse un Ejército, que los oficiales alemanes proclaman comparable en su organización y cualidades al mejor de Europa

 
 
The Strait of Magellan”, Clemson University, South Carolina, USA, Martinus Nijhoff Publishers, pág. 160:
“Chile, nevertheless, benefits from considerable advantages in the far south, including good ports, control over the Strait of Magellan, as well as the Fuegian and Patagonian channels, branching off laterally from the strait, which gives Chile geographical and logistical advantages in the Drake Passage.”.
(traducción):
“Chile, sin embargo, poseía considerables ventajas en el extremo sur, incluidos buenos puertos, control sobre el Estrecho de Magallanes, así como sobre los canales fueginos y patagónicos que se desprenden lateralmente del estrecho, lo que da a Chile ventajas geográficas y logísticas en el Paso de Drake”
 

 General  Argentino Balza en diario La Tercera del 21 de diciembre de 2001:
“Estoy convencido, por razones que he expuesto en mis libros «Dejo constancia» (2001) y «Malvinas, gesta e incompetencia» (2003). Ahí expreso cuál era la situación de las Fuerzas Armadas, fundamentalmente del Ejército, en 1982.... [En 1978] Chile estaba en unas inmejorables condiciones, porque la defensa es muy fuerte, sobre todo cuando se puede actuar mediante la dinámica propia, que no margina reacciones ofensivas dentro de la concepción defensiva.”


El libro "La guerra inaudita. Historia del Conflicto del Atlántico Sur", Editorial Pleamar, Buenos Aires, 1986, 8. Edición del oficial de la Fuerza Aérea Argentina Rubén Moro, partícipe de la guerra. En él el autor afirma que : (Galtieri estaba dispuesto a) "hacer suya la frustración profesional que casi todos los oficiales de las Fuerzas Armadas, pero en especial los de su arma, sentían por no haber combatido contra Chile. Ese resentimiento acumulado es una clave descifradora muy importante, porque ayuda a entender como se desembocó, en abril de 1982, en el dislate Malvinas"



Sobre la disciplina, moral, motivación, adiestramiento y apertrechamiento de las tropas chilenas, el mantenimiento de los equipos, sobre la capacidad de los oficiales y la idoneidad de la dirigencia del país, que son factores más importantes aun que la cantidad de material de guerra, no se puede dar una calificación de antemano.

 

Augusto Pinochet a María Eugenia Oyarzún en "Augusto Pinochet: Diálogos con su historia", Editorial Sudamericana, Santiago, Chile, 1999. (p. 127): "Usted comprenderá que uno llega a estos grados pensando los pro y los contra de las cosas. Una guerra significa una detención o retroceso para un país de a lo menos 20 años. Hay que comenzar de nuevo. ¡No quiero guerra yo!; por lo demás, nosotros no habríamos peleado por ambiciones expansionistas sino defendiendo lo que teníamos, nada más. Ello, a pesar de que en el otro lado había deseos de agresión y vientos de guerra"


Pinochet preveía una guerra larga y de desgaste "una guerra de montonera,matando todos los días, fusilando gente, tanto por parte de los argentinos como por nuestra parte, y al final, por cansancio, se habría llegado a la paz".

ARGENTINO....querias pelear una guerra?.ahi la tuviste en las malvinas,y despues de casi 30 años aun lloras tu derrota



Escuadra Chilena Marchando Al Beagle






En Una Entrevista Hablo El General Balza


Lunes, abril 02, 2007

CHILE HABRÍA GANADO LA GUERRA: Martin Balza, ex jefe del Ejército Argentino

Martín Balza, ex jefe del Ejército argentino y actual embajador en Colombia, afirma que Chile habría ganado la guerra en 1978. Balza asegura con convicción que Chile habría superado una eventual acción militar argentina debido a que la "incursión en gobiernos de facto en 1955 y en la dictadura de 1976 había alejado a las FF.AA. del profesionalismo que todos deseábamos".

La madrugada del 22 de diciembre de 1978 la flota argentina enfiló hacia el Canal Beagle, en el extremo austral. En Buenos Aires, el Presidente de facto argentino, el general Jorge Rafael Videla, había dado la orden para iniciar la invasión de las islas Picton, Nueva y Lennox. La maniobra sería el detonante de una conflagración militar mucho mayor.

El frente de operaciones se extendería desde el sur e incluiría bombardeos sobre las capitales. Miles de soldados estaban apostados a ambos lados de la frontera a la espera de la orden de atacar. Vigías de la Fach ubicados en la alta cordillera tenían por misión dar la alerta temprana para la salida de los aviones en caso de ataque aéreo.

En Chile, la Armada envió a sus buques al encuentro de la escuadra transandina. Era cosa de horas para que ambas se enfrentaran. Bastaba un disparo para encender la guerra. Pero éste nunca llegó. Doce horas antes de que se encontraran en el extremo sur, la flota argentina regresó al norte.

Un azar de la naturaleza contribuyó a evitar el derramamiento de sangre: en el Atlántico Sur una tormenta agitó a los buques argentinos demorando su avance y arriesgando su posible entrada hacia el Pacífico.

El retraso abrió una puerta para un último esfuerzo diplomático a instancias del Vaticano. El Papa Juan Pablo II convocó de urgencia a los cancilleres de Chile y Argentina. Pocos veían en esa mediación una alternativa viable. Sólo meses antes, en enero de 1978, Argentina había declarado, en una nota desordenada y con faltas de ortografía, "insubsanablemente nulo" el laudo arbitral de la corona británica, que había otorgado a Chile la soberanía de las tres islas en disputa.

Más aún, cuando Chile ofrecía llevar el conflicto al Tribunal Internacional de La Haya, Argentina rechazaba la propuesta, señalando que las conversaciones directas no habían fracasado. Una estrategia para ganar tiempo, pues a la par eran despachados soldados al sur en aviones militares y comerciales, se repintaban los hospitales y se hacían simulacros de ataques aéreos en las principales ciudades transandinas.

El 12 de diciembre de 1978 el canciller chileno Hernán Cubillos propuso a Argentina la mediación papal. Pero esta iniciativa, luego de breves cabildeos, no prosperó.

La tarde del 21 de diciembre, fotos satelitales de la inteligencia estadounidense mostraron un avance de tanques en las cercanías del paso Puyehue por el lado argentino, con el fin de partir a Chile en dos.

Pero la dramática intervención de última hora del Papa y del cardenal Antonio Samoré tuvo efectos. Chile y Argentina accedieron a negociar. El 29 de noviembre de 1984, en el Vaticano, los cancilleres Jaime del Valle y Dante Caputo firmaban el Tratado de Paz y Amistad. La guerra, cuya mecha estuvo a punto de encenderse esa noche del 22 diciembre del '78, quedaba definitivamente desactivada.

# Sorpresivo
El general (R) Martín Balza, de 69 años, no deja de sorprender. En 1995, siendo jefe del Ejército argentino, hizo un histórico mea culpa por las violaciones a los derechos humanos cometidos durante el último régimen militar (1976-1983). Tras pasar algunos años en retiro, en enero asumirá como nuevo embajador en Colombia y hace una semana afirmó al diario transandino La Nación que, de haber estallado una guerra con Chile en diciembre de 1978, nuestro país hubiese ganado ese conflicto.

Balza, un veterano de la guerra de las Malvinas de 1982 y que en 1978 era un teniente coronel a quien se le ordenó movilizar su unidad, que en caso de guerra "hubiera operado en el sur", conversó con La Tercera y sostuvo que la derrota de las fuerzas argentinas en el conflicto del Canal Beagle se habría producido porque el Ejército se preparó durante más de dos décadas para combatir a un enemigo interno y no para pelear en una guerra convencional.

El general, quien fue el hombre que estuvo más tiempo al frente del Ejército argentino en las últimas décadas, tras ser absuelto de todo cargo en la investigación judicial por el tráfico ilegal de armas a Croacia y Ecuador, prepara ahora sus maletas para partir a Bogotá, donde podrá ver desde muy cerca el conflicto interno que sacude a ese país desde hace cuatro décadas.

-¿Realmente cree que Chile ha-bría ganado la guerra con Argentina en 1978?

-Estoy convencido, por razones que he expuesto en mis libros "Dejo constancia" (2001) y "Malvinas, gesta e incompetencia" (2003). Ahí expreso cuál era la situación de las Fuerzas Armadas, fundamentalmente del Ejército, en 1982.

-¿Y por qué cree que Chile hubiese ganado?

-El Ejército después de 1955 tuvo como enemigo interno al Partido Justicialista (peronista) y luego a todo lo relacionado con quien adhería a una doctrina comunista. Se consideraba enemigo a todo aquel que disentía fundamentalmente de los gobiernos militares o dictatoriales que se sucedieron entre 1955 (cuando derrocaron a Juan Domingo Perón) y 1976 (cuando dieron el golpe de Estado contra María Estela "Isabelita" Martínez, viuda de Perón).

Así, especialmente durante la década de los '70, las Fuerzas Armadas argentinas estuvieron abocadas a la lucha contra la subversión y alejadas de su adiestramiento para un conflicto convencional. Gracias a Dios no llegamos a ese absurdo e incomprensible enfrentamiento con un hermano país con el cual vamos a convivir como vecinos, compartiendo una de las fronteras más largas del mundo. La incursión en los gobiernos de facto de 1955 y fundamentalmente la dictadura de 1976 habían alejado a las Fuerzas Armadas del profesionalismo que todos deseábamos, independientemente de que recurrir a un conflicto armado era un disparate propio de incompetentes.

-El que el Ejército argentino haya estado abocado a la lucha contra un enemigo interno y no a entrenarse para una guerra convencional, ¿se refiere a la preparación de los hombres o a la adquisición de material, equipos y armamento?

-Me refiero a las dos cosas.

-Lo que usted opina sobre la preparación del Ejército argentino para una eventual guerra contra Chile, ¿era compartido al interior de la institución, con sus compañeros de armas?

-Si allá en 1978 un profesional no apreciaba esto, me parece que su profesionalismo estaría en tela de juicio, por cuanto un profesional se educa, se capacita para abrazar con convicción su profesión..., que no es la guerra. Yo creo que un militar -más aún un general- ha errado su profesión si no es pacifista. Nuestra verdadera misión es ganar la paz. La guerra no es la solución a los conflictos. Los militares están para garantizar los intereses vitales de la nación. En el caso de Argentina, se trata de Fuerzas Armadas que se inspiran en una doctrina de disuasión, es decir, para impedir el conflicto teniendo una preparación profesional para, evidentemente, disuadir. El equipamiento moderno en 1978 no existía, no se había completado, como tampoco se completó en 1982 para el absurdo conflicto con Inglaterra.

-En 1978 Chile también llevaba cuatro años abocado a la "lucha contra un enemigo interno" ¿Eso no equiparaba un poco las cosas?

-Lo que hay que analizar es si nosotros íbamos a adoptar en aquel entonces la doctrina disuasiva, que es la que tienen hoy las Fuerzas Armadas, según la cual Argentina maneja sus reclamos sobre sus puntos en conflicto en el marco diplomático, renunciando a emplear la fuerza, o hubiéramos adoptado una acción ofensiva y eso es lo que está relacionado con lo que yo dije con respecto a las posibilidades de victoria o de derrota. Nosotros no estábamos preparados para un conflicto convencional de ese tipo, en cuanto a adiestramiento y en cuanto a armamento.

-¿Y Chile estaba preparado?

-Si Chile adoptaba una actitud estratégica defensiva y Argentina hubiese tenido que adoptar una actitud ofensiva, Chile estaba en unas inmejorables condiciones, porque la defensa es muy fuerte, sobre todo cuando se puede actuar mediante la dinámica propia, que no margina reacciones ofensivas dentro de la concepción defensiva. En el contexto internacional, es a nosotros a quienes habrían considerado agresores. Nadie se imaginó en su real dimensión lo que hubiera sido para nuestros pueblos un conflicto, aunque pequeño y localizado. Terrible hubiera sido. Las secuelas que quedan entre los pueblos después de un conflicto hubieran sido espantosas.

-Pero mucho se ha comentado sobre las posibilidades que tenía Chile de perder la guerra por factores como, por ejemplo, la escasa "profundidad" del territorio chileno. La aviación argentina sólo tenía que cruzar la cordillera y llegaba a Santiago, mientras que para alcanzar Buenos Aires...

-Sí, pero normalmente, aun en los conflictos modernos, la acción no se decide en el aire. Es decir, es el elemento terrestre el que conquista y el que define. Lo hemos apreciado aun con el avance tecnológico en los conflictos más recientes.

-¿Cuánto influyó que los gobernantes de Chile y Argentina fuesen militares para que se llegase a esta situación de extrema tensión entre ambos países?

-Muchísimo. Fue determinante.

-¿En su opinión, el arbitraje británico, declarado nulo por el gobierno argentino en enero de 1978, podría haber sido un punto de partida para una búsqueda de una solución?

-No entro a analizar lo que podría haber pasado y no pasó, pero soy un convencido de que siempre hay que darle una última oportunidad a la paz y soy contrario a la guerra, porque la guerra no ha solucionado conflictos en el mundo. Pero acá estamos imaginándonos un conflicto de características particulares, con dos pueblos vecinos, dos pueblos enlazados históricamente, una misma idiosincrasia. Para llegar a la paz -esto lo dijo creo que Isaac Rabin- es mejor el sendero de la paz que el sendero de la guerra, entonces es mejor recurrir a los medios que sean, un arbitraje es un medio, para acorde con los principios que decimos nosotros defender, valorar y defender la paz.

-¿Por qué no hubo guerra? ¿Por la intervención del Papa Juan Pablo II o por otros factores?

-Fundamentalmente por la intervención del Papa, por el enorme y objetivo peso moral del Papa para dos pueblos mayoritariamente católicos, pero donde también otras religiones compartían ese pensamiento. Aquí no era una cuestión religiosa, pero todas las confesiones religiosas tienen ese ideal, esa predilección por la paz. Fundamentalmente por eso no hubo guerra, y creo también que no la hubo por la acción de los dos pueblos a último momento. No creo que ningún chileno, obrando de buena fe y con un mínimo de sentido común, haya deseado una guerra. Lamentablemente, no puedo dejar de reconocer que hubo argentinos y hubo chilenos que la desearon, pero fue un grupo insignificante.

-Dentro de la junta militar argentina, ¿quién fue el que puso el freno a la guerra? Se ha comentado que fue Jorge Videla el que mantuvo ciertas resistencias a entrar en un conflicto con Chile.

-En aquel entonces yo era teniente coronel y no sé si fue alguno el que puso el freno. Yo creo que el freno fue puesto por el enorme peso moral del Papa.

-Si ponemos frente a frente dos escenarios, uno hipotético, como es la guerra con Chile, y otro real, la guerra de las Malvinas, ¿en cuál de estos dos conflictos Argentina habría obtenido una mayor derrota militar, según usted?

-Es difícil comparar. Si hablo de la guerra de la Malvinas como gesta e incompetencia, hablo de gesta en aquellos que peleamos, yo fui uno más, por un sentimiento, por algo incuestionablemente nuestro, algo aglutinante del pueblo argentino como es Malvinas, pero lamentablemente es una causa justa en manos bastardas, como era la dictadura militar, porque el objetivo de la recuperación de Malvinas fue prolongar la dictadura. Aquí (la guerra con Chile) era un caso completamente diferente. Era un caso quizás más grave. Ir por un enfrentamiento limítrofe pertenece definitivamente al pasado.

-Entonces, ¿hubiese sido peor el resultado en una guerra con Chile?

-No hablo de peor. Ninguna guerra tiene mejor resultado que otra. La guerra es muerte, es mutilación, son huérfanos. Si son argentinos, son británicos o hubiesen sido chilenos no interesa. La guerra no es lo que vemos a veces por televisión, donde se exhiben portaaviones, estilizados aviones, pero no se ve el horror de la guerra.